domingo, agosto 15, 2010

Franklin Lobos, fe de minero


Muchos ex futbolistas trabajan en la minería. Uno de ellos es Franklin Lobos y quien hoy se encuentra atrapado en la Mina San José, una mina cercana a Copiapó junto a otros 32 mineros. Lobos, mientras fue un futbolista profesional, fue un clásico volante por derecha en aquellos equipos cuya formación era el 4-3-3. Defendió varias tricotas en equipos nacionales y en donde más destacó fue en “Regional Atacama” y en el recordado “Cobresal” de los años ochenta. En Cobresalito, como le llaman los viejos de El Salvador, al equipo de esta ciudad minera, Lobos jugó junto a los sempiternos goleadores Zamorano, Salgado, el uruguayo Pedetti y Martínez, los cuales le deben varios goles a la precisión de la pierna derecha de Lobos.

La primera referencia que tuve de este notable volante fue en una conversación entre mi abuelo materno y un hincha de Club Deportes La Serena. Allí supe de la capacidad de un equipo, como el de Cobresal, el mismo que ese año terminaría siendo campeón de la segunda división, que jugaba de memoria y que había derrotado al club granate. En aquella oportunidad el hincha serenense se refirió a tres jugadores de Cobresal: Pedreros, Salgado y Franklin Lobos. Las características de Lobos como jugador eran las de un volante que ponía pausa, miraba y lanzaba con precisión pelotazos de 20, 30 y 40 metros. No era de aquellos volantes que hoy son comunes y que parecen ser más maratonistas que futbolistas. Algún gol, varios, siempre aquellos de tiro libre que se marcaban en la altura, en el estadio el cobre de El Salvador, en el antiguo Luis Valenzuela Hermosilla de Copiapó, y en alguno más jugando en el Nacional.

Las vueltas de la vida hacen que hoy Franklin Lobos espere un lanzamiento a más de 800 metros, el que deberá tener la misma precisión del diestro volante. Al mismo tiempo, estoy seguro que Lobos está ayudando a guiar, con su pierna derecha, a ese puñado de mineros que están enterrados en las profundidades del la mina. Con la fe intacta, apoyados por todos y todas, mas la fe en la Virgen de Andacollo, cabe esperar que Lobos y sus compañeros marquen uno de sus mejores goles de la vida cuando la luz aparezca al final del socavón. Aguante Minero.