viernes, febrero 13, 2015

Renato El Tiburón Ramos, El Depredador del Área

Depredadores del área y de la vida, así son los goleadores de fútbol. Cada uno en lo suyo. Hoy por hoy en el fútbol chileno no existe otro goleador más carismático que Renato El tiburón Ramos. Ayer selló otra noche gloriosa, mágica y surrealista. Hace 36 años que Palestino no clasificaba para participar en un campeonato de la envergadura de la copa libertadores; hace 36 años un goleador de culto como es Oscar Fabbiani anotaba un gol para clasificar a Palestino a la copa Libertadores; ayer el tiburón cumplía 36 año e hizo un gol, al minuto 36, al filo del 37, que clasificó a Palestino. De culto, pero así es la historia de los goleadores, hay siempre algo mágico en todo ello.

¿De donde vino el tiburón? Hay mucha confusión respecto de esto entre los que conversan el fútbol. Para mi siempre fue el goleador de Antofagasta, de hecho creía que de ahí, junto al pacífico y a la fosa de Atacama, había nacido su apodo; otros deben creer que nació en Chillán, al ser goleador de Ñublense; también hay quienes deben creer que nació en Viña del Mar junto a la laguna Sausalito; otros pueden pensar que salió de las canchas junto al mar en la octava región, y más de alguno debe intuir que vino directamente de alguna sala de la escuela de oceanografía en la Universidad de Concepción; y para agregar más dificultad a este asunto, el mismo Ramos declara que su apodo nació en Santa Laura. Sin embargo hay una cosa clara, el Tiburón Ramos tiene un hábitat reconocido y es en las profundidades del área. Y en ese habitat, podemos trazar la cadena genética a la que pertenece, la genealogía de su estirpe como jugador, la de un tipo especifico de goleador chileno, cuyo máximo referente es Iván zamorano.

Renato el Tiburón Ramos pertenece a una genealogía de goleadores chilenos que es extraña. Entre otros, Zamorano, Vallejos, Zambrano y Ramos. Veamos sus características y virtudes. En general son jugadores fuertes; si gambetean la prefieran larga y generalmente la usan dentro del área para eludir al arquero. En ello son los mayores especialistas. También les distingue el que juegan casi siempre sobre la linea de los 18 metros cuando están en posición de ataque y cuando su equipo defiende se instalan junto al primer defensa central; su misión, aguantar el balón y generar la descarga. Este tipo de juego los hace derivar hacia otra condición/virtud, el ser devoradores de la segunda pelota y más aun, esa misma pelota, cayendo en el área, es casi seguro que va adentro de la meta rival. El arma preferida de estos goleadores es el cabezazo, una peculiaridad poco común en el futbolista y delantero chileno. No solo es el rechazo lo que los distingue, sino también el saber jugar el juego aéreo, y en eso Ramos es el mejor rematador aéreo que, hoy por hoy, juega en la liga chilena; sabe exactamente cuando saltar, donde hacerlo y donde dirigir el balón. Finalmente, el secreto mejor guardado de estos depredadores del área: la inteligencia en el juego. Estos jugadores sobreviven en la alta competencia porque anticipan "la jugada" y los movimientos de compañeros y rivales; ven lo que otros no ven y de ahí que tienen ese mágico talento de estar donde siempre se tiene que estar, esto para agarrar esa segunda pelota, para impactar el centro al primer o segundo palo o para colocarse entre los centrales y marcar, tal como lo hizo ayer Ramos en Parque Central.

Hoy es un momento de alegría para Ramos y Palestino e inician un viaje que tiene muchas estaciones para visitar en pocos meses. En ese viaje jugarán una final, lucharán y le darán brillo al campeonato chileno, con su fútbol, y participarán en el torneo más importante de América, quizás el más difícil del mundo. Como los grandes tiburones blancos del África del Sur, el Tiburón Ramos navegará en distintas canchas de Chile y el continente, junto a Palestino y sus luchas, e intentará hacerse dueño de las profundidades del área en cada una de ellas; y ahí, el pináculo de la cadena alimenticia es el gol, el premio más grande.