La ruta hasta Quito ha
sido tortuosa, solo suavizada por triunfos y pasajes, muy escasos, de
buen fútbol. En el año y medio de Borghi al mando del plantel
nacional, los partidos más intensos y más disputados fueron
aquellos que el propio entrenador decidió enfrentar con sus
fantasmas, los recientes y los de su pasado. Por lo mismo, el partido
de hoy es crucial para el técnico. Lo es no solo por los puntos,
sino porque en esas luchas ha despilfarrado gran parte de su
popularidad. Primero, luchando contra Bielsa y luego ese permanente
conflicto con su pasado como futbolista. Con el primero, ha luchado
hasta el cansancio para demostrarnos que SI trabaja. Con lo segundo,
un hecho menos visible, tanto físicamente como también para el
hincha común, Borghi ha intentado que su obra como entrenador oculte
su conflictiva historia como jugador. Paradójicamente, el hincha ve
y pone más interés en la primera, siendo lo más importante, para
entender el problema de la selección, la segunda.
La primera lucha esta
perdida para Borghi. No hay mucho que hablar desde el momento en que
el propio Borghi habló de las “viudas de Bielsa”. Sin embargo,
la segunda lucha es difícil y en pleno desarrollo. La paso explicar.
Borghi fue un jugador talentoso, pero que solo fue figura en
Argentinos Junior, en su primera, casi pre-histórica etapa como
futbolista. Su fútbol de tres dedos, deambulo sin éxito por el
River más millonario de la historia, y que terminó en un fiasco,
por Milán, en el Milan de Arrigo Sacchi, en donde se amurró, pasó
a México donde no hay mucho que contar, y terminó en Chile,
arribando a Colo Colo, el equipo campeón de America, en donde se
amurró otra vez con Jozic, caminó un poco la cancha, hizo un par
de rabonas, y se desvaneció junto al desvanecimiento del equipo en
el infierno de Guayaquil-Ecuador. Finalmente terminó con varios
kilos más, con relación a la exigencia de un futbolista
profesional, en Audax Italiano. La historia de Borghi como futbolista
fue mas oscura que brillante, fue la perfecta crónica de un enorme
talento que nunca se consolido y simplemente desapareció en medios
de sus propios miedos a pertenecer al olimpo futbolistico.
El propio Borghi, ahora
como entrenador, ha tratado de limpiar esa imagen. Esta en su
derecho. A través de su aparente éxito como entrenador, ha querido
borrar su evidente fracaso como jugador. En una extraña inversión,
lo logrado como entrenador le ha permitido reconstruir su propia
historia como jugador. Las entrevistas del éxito como entrenador, le
han permitido crear una historia de su vida como futbolista en donde
lo que ayer fue negativo hoy aparece casi como una virtud. En efecto,
narra, en esas entrevistas, que su forma de ver el futbol y la vida,
siendo jugador, no eran compatibles con la de los entrenadores como Sacchi o Jozic, y que esa incompatibilidad explica el porque de su
fracaso como futbolista. Y en efecto, su historia de entrenador,
parece, para el, reinvindicar esa forma de ver y sentir el fútbol.
La famosa sentencia de Borghi de sentirse aun jugador lo explica
todo. Borghi, en su rol como entrenador, aun esta haciendo las
rabonas, los pases en profundidad y dejándonos gozar con el carácter
elegante de su fútbol a tres dedos, y cree que esa lógica es la que
finalmente promueve los éxitos de sus equipos.
Cada entrenador tiene su
librito, en eso no podemos ir en contra la corriente y ciertamente se
acepta. Pero no podemos aceptar que Borghi nos pretenda decir que su
visión del fútbol como futbolista sea la forma correcta, porque la
misma adoleció de muchos elementos para ser realmente exitosa. No me
refiero a su talento, sino a su forma de asumir el juego y participar
de el y sus entornos. Quizás este es el gran problema de Borghi, y
se acrecienta mas porque aun cree que es mas jugador que entrenador.
Borghi no solo pelea contra Bielsa, sino contra todo aquello que el
cree conspiro contra su éxito. En la hora de las decisiones, lo que
nos gustaría ver, es si Borghi puede ser entrenador y su forma de
ver el fútbol como tal. Lo que debe poner al lado es esa
construcción conflictiva con el pasado que vivió como futbolista.
Tengo la impresión que cuando Borghi resuelva ese dilema, podrá
convertirse en un gran técnico. Es cierto, ha tenido triunfos
importantes, pero también necesitamos reconocer que en el plano
internacional está al debe, y que sin desmerecer los campeonatos
obtenidos, especialmente en Argentina, el nivel de la liga chilena,
en los tiempos de CC 2006 y de la liga argentina en los tiempos de
argentinos 2009-2010, dejaba mucho que desear. Creo que todos
necesitamos a un Borghi entrenador, incluso puede ser un real aporte
para el mundo futbolístico, y creo, ademas, que todos necesitamos
mantener, su fútbol, como jugador, en los archivos y deleitarnos con
las pinceladas de su juego a tres dedos.
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