Un club de fútbol se
transforma en grande ni por el azar, ni por decreto. Un club grande
debe recorrer un largo camino hasta ocupar el lugar que solo algunos
tienen reservados. Cuando se llega a ese lugar, sucede que aparece
algo que es incombustible, la pasión, la pasión, la pasión por los
colores de una camiseta, lo cual ciertamente no cambia. Pero al mismo
tiempo esa pasión, a pesar de su incombustibilidad, su carácter
eterno, necesita alimentarse de triunfos, de épicas, de historias de
éxitos, de fracasos y por que no de triunfos morales. Y como
consecuencia de todo eso, de ese acto de producir la pasión, de
alimentarse, emerge otro rasgo fundamental, la AUTORIDAD. Y así los
equipos grandes no son solo los mas populares, sino que su sola
presencia en una campo de juego denota una condición, que es mas
deportiva, que simbólica, que es aquella de instalarse en un campo
de juego y ganar sus encuentros con autoridad. Por eso, aunque
equipos como Colo Colo puedan estar bajos en rendimiento, siempre
serán grandes, y en el imaginario del rival eso pesa, y mucho. Sin
embargo hoy somos testigos de una hecho inaudito, único en la
historia del equipo mas popular de Chile, ha ido perdiendo
paulatinamente la autoridad, y ahora se puede decir que cualquiera le
puede ganar, así de simple. Lo que muchas generaciones de jugadores
y técnicos obraron, que fue crear la autoridad, esta siendo lanzada
por la borda desde hace ya una media docena de anos.
La ultima manifestación
de este hecho lo vimos ayer en el fiscal de Talca. Desde el minuto 1
al minuto 90, Colo Colo fue un equipo cualquiera, sin jerarquía,
irreconocible y SIN AUTORIDAD. Colo Colo jugaba con tres canteranos,
Lobos, Baeza, Fierro, y ninguno de ellos mostró lo que alguna vez
mostraron Caszely, Pillo Vera, y los mas noveles, Vidal y Mati
Fernandez. No hablo de la habilidad, sino de la presencia. El equipo
también jugo con una aparente pleyade de estrellas del balompie. Sin
embargo, hay que reconocer, que al verlos jugar, la jerarquía de
estos players deja mucho que desear. Una defensa feble, y que en el
gol de Rangers nos da una clase magistral de lo que no tiene que
hacer un defensa. Una linea de medios con un perdido de la Fuente y
un irreconocible Vecchio, al cual parece ya pesarle la camiseta. Por
uno de los costados, Fuenzalida intentando corridas que no
intimidaban a los jugadores locales. Y arriba un novel e inexperto
Gerson Martinez junto a Carlos Munoz, el único que a ratos mete
miedo y presencia. Después entraron Olivi y Flores, dos anécdotas
en la tarde del equipo popular. Pero esto no es solo ayer, es una
tendencia instalada, e incluso, algo que se torna normal a medida que
pasan las temporadas y las nuevas contrataciones.
La perdida de autoridad
llevo a dos equipos a la B. Por un lado, River termino jugando con un
grupo de jugadores a los cuales cualquier equipo le ganaba, y por
otro la Universidad de Chile sufrió lo mismo en el ano 87, desde
Magallanes a Cobresal se sirvieron al equipo azul que descendió.
Estando en la B, la U pudo sacudirse de la desidia y de ser victimas
de pasiones ruines. Afortunadamente CC pesa harto en el directorio
reciente de la ANFP y el campeonato esta hecho a su medida para
preservar su categoría. Pero esto es lo de menos, lo realmente
importante esta ocurriendo con la paulatina descomposición de los
elementos basales del club: su identidad, su historia y su autoridad
para decir yo soy el mas popular y el mas grande. Que esperar de CC?
No mucho, no hay nada que revierta esto, si es que no hay un cambio
en los objetivos institucionales y en la programación que han hecho
los gerentes de ByN y sus accionistas mayoristas con relación a la
gestión de CC. He seguido a CC por casi 35 anos, y en ese periodo
hubo momentos complejos, pero no tengo ninguna duda, que este es el
peor momento de CC, simplemente porque ya cuesta mucho imponer la
autoridad.
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