Llegamos a la última estación de las eliminatorias. Ya clasificados y habiendo realizado uno de los mejores papeles que yo recuerde de algún seleccionado adulto en estas instancias, sino el mejor, enfrentaremos, en el ultimo partido, al combinado nacional de Ecuador. El partido, como siempre ha sido contra este seleccionado, tendrá algunos hechos especiales. De partida celebrar la clasificación frente a una estadio monumental que estará hasta las banderas, también el hecho cierto que la selección ecuatoriana vendrá buscar el partido, lo cual augura un lindo encuentro, y tercero, puede ser un pleito decisivo en función de aquel partido que s jugara en el mítico centenario entre Uruguay y Argentina. Por lo mismo, es un partido del cual vale la pena hablar y busca como siempre en la historia, en la memoria futbolística, y en ella aparecen interesantes actores de la rectangular.
De los enfrentamientos con Ecuador siempre recordaré los pleitos del año 82, especialmente aquel en donde la selección con goles de Caszely y Rivas definió la clasificación para el mundial del. De ese pleito, recuerdo el enorme tiro libre del volante de Colo Colo Carlos Rivas (ah y como no el grito de Carcuro Rivassssssssssssssssssssssssss). Con los años y gracias a los videos de TVN se han conocido imágenes de los pormenores del partido, especialmente, el desorden generalizado que hubo en alrededor de la cancha. Todo en la muy onda ochentera de manejar los partidos, cuestión que venía del otro lado de la cordillera.
En la siguiente eliminatoria, esta vez para el mundial del 86 nos toco de nuevo eliminarnos con Ecuador. El grupo estaba además conformado por Uruguay. Los partido con Ecuador fueron dramáticos, especialmente el que se jugó en Guayaquil, en la antigua cancha del Barcelona, allí Chile tuvo la oportunidad de clasificar directamente a México, pero, desde una posición inmejorable, a boca de jarro, en plena área chica, un joven Pato Mardones le pegó al travesaño, esto después de haber recibido del Pato Yañez, quien había realizado un jugadón eludiendo a cuanto rival se le pusiera por delante. De este modo, el partido de vuelta cobró aun más relevancia. Chile debía ganarles a los del guayas para ir a pelear la clasificación a Montevideo y la crítica general hacia el equipo hablaba de una evidente falta de gol. Pedro Morales, el entonces entrenador de la selección decidió llamar a un histórico del gol: el gerente del área y del gol, uno de los más grande centrodelanteros chilenos, Carlos Humberto Caszely.
Caszely, quien había perdido el penal frente a Austria, lo que marcaría para simpre a mi generación de jóvenes y niños hinchas; el mismo centrodelantero que había tendido dos últimos años llenos de polémicas en Colo Colo, bueno siempre fue de frente, hacia delante como le gustaba en la cancha; el mismo al que escuchabamos hablar en tercera persona, junto a otro prócer de los ochenta, Martín Vargas, devoto de la virgen de Lourdes; el mismo centrodelantero que debuto a los 16 años por Colo Colo y que triunfaría en Colo Colo 73; y que duda cabe, el mismo que marcó una época en los seleccionados nacionales que disputaron las clasificatorias entre los años 74 y 82. Pedro Morales convocaría al mismo que no quiso saludar a Pinochet y se puso una corbata roja para ir a la moneda, junto al seleccionado de chile, una vez lograda la clasificación para el 82. Y Caszely aceptó. El “veterano” goleador, el rey del metro cuadrado se ponía la roja nuevamente para intentar doblegar a las defensas rivales.
En general los hinchas azules se referían de Caszely como un goleador oportunista y “lauchero”. Para aquellos que lo idolatrábamos, Caszely era el máximo referente futbolístico, una muestra viviente, junto al pollo Véliz y Leonel herrera, de Colo Colo 73; Caszely era también el máximo referente en área para el mejor brasileño que ha jugado en cancha chilena (de los que he visto) Severino Vasconcelos; Caszely el jugador más talentoso que jugó siempre para la galería; Caszely el rey del regate y el amague, aquel jugador al que todos queríamos imitar y de hecho a quien le llamaban en el barrio Caszely era alguien de temer.
Caszely, el día del partido frente a Ecuador se despacho con dos goles, uno del cual recuerdo claramente los movimientos. Un corner servido por Jorge Aravena desde el sector sur-oriente del nacional y que tuvo como corolario una espectacular palomita de Caszely en el área chica, emulada ciertamente por Suazo el día sábado pasado. Era el tercer o cuarto gol, no recuerdo bien, pero Caszely había abierto la cuenta y cerraba esa noche con este mágico gol junto a las antorchas en el nacional. El ídolo había retornado. Ecuador quedo así marginado de la posibilidad de ir a una copa del mundo y debería esperar hasta el año 2002. Algunos jugadores ecuatorianos para recordar. Por supuesto Carlos Capurro, quien debe ser uno de los jugadores con mayores presencia en el seleccionado (jugo en argentina). Volante o lateral era una carta fija para cada encuentro entre Chile y Ecuador, parecía eterno. También, como no recordar, Holger Quiñones, espigado y rudo defensor ecuatoriano, que ciertamente fue la antesala de los grandes jugadores de color que ha tenido el equipo del guayas en los últimos años. Y por último, al más grande de los que he visto yo: Carlos Aguinaga. Notable 10 ecuatoriano, habilidoso, pero sobretodo muy inteligente para jugar al futbol.
Caszely fue uno de los mayores protagonistas de los partidos entre Chile y Ecuador. El ariete, el gerente del gol, como lo apodaron en España, el eterno goleador de apariciones fantasmales, como relataba Carcuro; el jugador que había filmado dos películas y un éxito radial durante los ochenta; el mismo irreverente y claro opositor a la dictadura militar; el mismo que hablaba en tercera persona, hasta el día de hoy; el mismo que puso sus manos en la cintura, mirando al portero Kontilia, en el Carlos Tartiere de Oviedo, después de perder el penal mas famoso de una selección chilena.
Caszely era por sobretodo un extraordinario regateador y amagador. De una sobrada inteligencia futbolística para ocupar los espacios en el área y conectar con sus mediocampistas: Chamaco, Edson Beirut, el coquimbano Sergio ahumada, Severino Vasconcelos, Miguel Angel Neira, el mediapunta, un avanzado de la época, Gustavo Moscoso, Manuel Rojas, el Pata Bendita, y su amigo de tantas epopeyas entre los años 81 y 85, el Pato Yañez. La historia del futbol chileno esta llena de goles de Caszely. Los goles del Maracaná frente al temible Botafogo son de los más famosos, están también aquellos contra Emelec, especialmente aquel en donde entro con la pelota en el arco, y el que le hizo a Unión Española en el que eludió a jugadores desde la mitad de la cancha y que el público del Estado Nacional comenzó a gritar se pasó. Mis tíos hablaban de que se había pasado hasta al árbitro y un par de carabineros (un gol y un mito). Los goles para la clasificación del 82, los goles ante Perú y los goles por Colo Colo.
La historia del futbol chileno está llena de las anécdotas de Carlos Humberto Caszely. Como no recordar el penal perdido el 82, lo que volvería a hacer el día en que se retiró del futbol, en un partido de despedida; el mismo al que la dictadura no "autorizó" su viaje para disputar partidos por la selección nacional; el mismo jugador que fue el primer expulsado en una copa del mundo (1974); el mismo que nos hacía reír cada vez que jugaba los partidos de la liga local y transmitía la televisión abierta. Recuerdo un partido en especial: Colo Colo-Audax. El cacique (no era aún el popular) le ganaba con facilidad al Audax, que creo era dirigido, en aquella época, por un ya hiperventilado pero sabio Clavito Godoy que no dudaba entrar a la cancha si algo le parecía mal. Bueno, ese día Caszely se pasó a varios jugadores una y otra vez, esto fue por izquierda a la entrada del área y ante tal situación, no halló nada mejor que devolverse con la pelota en los pies hacia la línea lateral y ponerse frente a la cámara de televisión nacional, siempre con el pie sobre la pelota, y mandar un saludo al público televidente, mejor dicho al "país deportivo". Pedro Carcuro quien estaba en los relatos, primero se sorprendió y después alabó, una y otra vez, el genio y la figura de uno de los más grandes goleadores del futbol chileno.
Carlos Humberto Caszely, quien fue un notable protagonistas de los pleitos con los del guayas, tanto en seleccionados y equipos, se retiró de la selección chilena en un partido frente a la selección del Brasil que disputó el mundial del 86. El gerente del gol, marcaría en esa tarde un gol de su factura corriendo por fuera desde la mitad de la cancha para eludir posteriormente a Carlos, el portero, con una jugada de la casa, un regate largo después de un amague, y clavar la pelota en el fondo de la red. Caszely convivió con las ilusiones, el fervor del pueblo por el futbol y llevó en la sangre la mejor estirpe del goleador de barrio chileno: regates, túneles, amagues, salidas por derecha e izquierda, irreverencia, y que le llevó a anotar uno de los mejores goles que alguna vez se ha visto en el Estadio Nacional: el sello de eterno goleador. SE PASO, SE PASO
Los Miserables y un version del hit el hincha que fue interpretado por Caszely en los cohenta
Un especial de Caszely
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