domingo, diciembre 13, 2009
Una Copa Más y la Pasion Por El Club Deportivo y Social Colo-Colo
Una copa mas, ya son 29 y una copa libertadores, un estadio lleno y una hermosa final jugada con buen futbol para ser muy superiores al equipo cruzado. Una copa mas que he vivido muy intensamente y ya son 30 años de esta pasión que se despertó a comienzos de los ochenta, que la he vivido intensamente tal como es mi pasión por el futbol. ¿Cómo puedo explicar la pasión por el equipo popular? ¿cómo puedo explicar las imágenes que tengo en mi memoria cada vez que el equipo popular sale a la cancha? ¿cómo explicar que en mi mente este de manera permanente el carrerón de pato Yañez por la derecha y el gol de Barti ante Boca el 91? ¿Cómo explicar que tengo en mi mente el primer partido que vi de Colo-Colo por la tele, en el negocio del negrito, en la casa de mi abuelo, el año 80 o 81, cuando en un tv IRT, en blanco y negro, ví como el cacique le ganaba a la calera, de visita, 2x1? ¿cómo olvidar que use los nombres de Caszely, Vasconcelos, Rivas para jugar al futbol cuando chico? ¿cómo puedo explicar la emocion que senti al ver por primera vez a un jugador de Colo Colo en vivo y en directo, Ruben Nicola en el estadio municipal del Ovalle? ¿cómo explicar aquel sentimiento de emocion y lagrimas derramadas cuando Colo Colo le ganó al real Madrid en el monumental?.Son las imágenes que nos entrega la pasión por nuestros equipos y en mi caso por Colo Colo. Todo esto ocurre porque los equipos y sus jugadores son una vida propia a la cual nos abrazamos, y de la cual nos apasionamos, la que vivimos como si fuera parte de nuestra propia vida.
Y abrazé esta pasión siguiendo las jugadas de Julio Crisosto, Juan Carlos Orellana, el zurdo de Barrancas, Rene Orlando Housemann, campeón del mundo, Mario Osbén, la mítica camiseta de Colo Colo con el signo de cerveza escudo, chuflinga herrera, Severino Vasconcelos, Horacio Simaldone, Leonardo Veliz, Lizardo Antonio Garrido, Mario Galindo, Carlos Rivas, Luis chupete Hormazabal, y por cierto el gerente, el maximo idolo y referente, el rey del metro cuadrado, Carlos Humberto Caszely.Era el equipo de comienzos de los ochenta que disputó las heroicas jornadas futbolísticas con el mejor Cobreloa y al que le ganó una final en la ultima fecha jugando contra Iquique (ahora municipal Iquique) en el recordado Estadio Cavancha (un estadio de verdad). Así como yo crecí con este equipo otros lo hicieron con las hazañas de Colo Colo 73, soñando con los carrerones del coquimbano Sergio ahumada o las atajadas del Gringo Nef, y las mágicas piernas de Chamaco Valdés. También estan aquellos que crecieron conociendo las Hazañas de Jorge Toro, Misael Escuti y Cua-Cua Hormazabal, los mismos que conocieron, de sus padres, las hazañas del máximo goleador del futbol chileno en un campeonato normal de un año, Luis Hernán Alvarez con 49 tantos, un crack. Y por ultimo, los que se hicieron colocolinos conociendo la historia de su fundador y martir del equipo popular David Arellano, quien muriera después de haber chocado con un defensor español en la gira que el club popular realizó a España a fines de la década del 20 del siglo pasado.
La pasión por Colo Colo y el futbol ha sido siempre algo difícil de explicar. De un momento a otro me vi leyendo todo lo que caía a mis manos ligado al futbol, escuchando la radio y sus relatores, siguiendo todos los partidos por la Televisión, ansioso por cada partido del popular. A su vez compartía esto con otros que también vivían esta pasión. Largas pichangas que enfrentaban a los equipos de verdad en el Chile de los ochenta Colo Colo y Cobeloa. Jugando al mejor de 20 goles. Allí estábamos en nuestros juegos infantiles enfrentándonos tal como lo hacían Vasconcelos y Victor Merello, chuflinga Herrera y Mocho Gómez, Oscar Wirth y Mario Osbén, Siviero y el gerente del Gol. Allí también estaba en mis manos la historia del futbol chileno hecha por Edgardo Marin que releía y releía poniendo atención en la historia del popular. Posteriormente crecí para ver a Colo Colo Campeón de la copa libertadores, aquel cuadro que cumplió una magnifica actuación como local y del cual todos los colocolinos y amantes del futbol debemos agradecerle el que le haya vencido a dos equipos de verdad: el Boca del profesor Washington Tabarez (hoy entrenador de la celeste) y Olimpia del paraguay (que fue, en esa época, el equipo mas parecido al Boca de Bianchi, lo ganó todo). Hoy con treintas y tantos años vivo la pasión por Colo Colo tal como si fuera el primer día, cada día leo las noticias del popular y cuando tengo tiempo pongo la radio, como un rito que parece ser lo único permanente en mi vida, después le regalo algún minuto para ver como nos irá el fin de semana, y por ultimo, algo que no puedo explicar, mi hijo me habla de Colo-Colo a pesar que este año he estado ta lejos de él.
Todos los amantes del futbol tenemos una propia historia e intima historia con nuestros equipos. Unos han conocido jugadores, otros fueron a algún partido histórico, algunos vieron derrotas dramáticas y otros gozaron con los campeonatos. En mi caso, mi historia íntima con el equipo popular es un desgastado papel, amarillo en sus contornos, que para el negrito, mi abuelo paterno, era un pequeño tesoro que lo unía al "Popular". Ese papelito acreditaba la calidad del negrito como dueño de un asiento en el Estadio David Arellano. A su vez era el orgulloso documento que acreditaba que él había sido parte de los miles de chilenos que en la década de los 60 y 70 se pusieron con el popular para construir la etapa inicial del Estadio en Pedredos. Como soñadores de provincia que éramos conversábamos con el negrito acerca del día en que ambos estaríamos sentados en el Estadio de Colo Colo para ver ganar al popular. Bueno la dictadura de por medio, que definió el camino para terminar el estadio, las nuevas administraciones que hicieron un nuevo sistema para incorporar fondos desconociendo estos derechos y ciertamente ya lo añejo que era el derecho del negrito impidieron que cumpliéramos nuestro sueño el día en que el estadio de Colo Colo fu reinaugurado el año 1988 con el triunfo del popular sobre Peñarol de Montevideo. Con el tiempo ese mismo asiento y ese sueño ha devenido en un mito. Siempre quedó en mi memoria que en la familia teníamos un asiento en la tribuna Océano del Estadio Monumental. Así lo acreditaba ese papel. Hasta que llegó el momento en que cumplí el sueño de estar en el asiento del negrito. Corría el año 98 y un amigo me facilitó sus entradas para tribuna Oceano en el monumental. Asi que esa noche nos sentamos yo y el negrito a mirar y a alentar al popular contra Barcelona de Guayaquil, empató Colo Colo 2X2, con un golazo de Agustín Tin Delgado para el equipo ecuatoriano.
Generaciones tras generaciones, la hinchada popular esta hermanada por la actuación de sus jugadores y los triunfos que nos han entregado el club del pueblo con 29 estrellas, y una copa libertadores de América. La hinchada esta hermanada por sus propias historias intimas, aquellas que se reproducen como verdaderos mitos de generación a generación. Todas estas historias están incrustadas en la historia del país, porque tal como dice la popular frase "Colo Colo es Chile" – jeeee con sus miserias y virtudes. Así lo fue el año 73, con el mejor desempeño hasta ese momento de un equipo nacional en la copa libertadores, con las míticas jugadas en el Estadio Maracaná, que se realizó en un contexto nacional que iba en camino a la noche más oscura. Y en la noche más oscura de nuestra historia, el club nos deleitó con las temporadas de Caszely y Simaldone a comienzos de los ochenta, pero también se vio prisionero de la oscuridad con la decisión del dictador de ser socio honorario/vitalicio. No podía de ser de otra forma, tal como hoy el popular es prisionero de la S.A. Pero más allá de todo esto el popular mirará hacia adelante pensando en una nueva copa libertadores, en un nuevo campeonato y lo hará seguido de todas estas historias intimas que nos atan con el equipo más popular de Chile, y así una vez mas estaremos apoyándolo y en mi caso junto al negrito sentado, como siempre, en nuestro imaginario y real asiento en el monumental.
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