Hace 12 años esperaba el partido que Chile disputaría frente a Brasil en el Parque de los príncipes de la Ciudad Luz. El Brasil era aquel de Ronaldo, Taffarel, Roberto Carlos, Dunga y Leonardo, el que iba directo a la final de la copa del mundo. El día previo al partido la selección tuvo un día libre y fue utilizado por el plantel para pasar por las tiendas de la ciudad luz y hacer las últimas compras antes de regresar a Chile. El animus de la selección, después de haber pasado a octavos era de misión cumplida. Chile había empatado tres veces con equipos complicados: Italia, Austria y Camerún. La selección por rendimiento y características de los partidos debió haber ganado, porque meritos tuvo, a Italia y Austria, equipos que empataron uno con un polémico penal y el otro con un afortunado remate en el último minuto del partido.
Siempre tuve la sensación de que las imágenes de los jugadores comprando en la ciudad luz era la postal más ilustrativa de que el mundial había terminado para Chile. 12 años después, a pesar de lo difícil que es el equipo brasileño, el seleccionado tiene otra actitud y parece disponerse a competir en lo que puede ser su ultimo partido o bien salvar otra valla hacia logros más importantes. La disposición es la misma de siempre desde que Bielsa está al mando. Lo hará al ataque y por ya cuarta o quinta vez intentará jugar al ataque frente a los equipos que tienen el cartel de grande en el planeta futbol. Al mismo tiempo intentará hacer algo que solo se ha logrado una vez que es jugar ante estos equipos al 100% y sin cometer errores: el triunfo ante argentina.
En el resto de las oportunidades e ha intentado pero con resultados negativos. La primera vez fue ante Brasil y la selección cayó por 3 goles en el Nacional. Quedaron al desnudo dos elementos a trabajar: el físico y la concentración. Los primeros minutos de aquel partido fueron favorables a la selección, pero en dos rápidos contragolpes los delanteros brasileños barrieron físicamente con los defensores chilenos y anotaron dos goles que cerraron el partido. En el último gol de aquella noche Luis Fabiano sin mayor esfuerzo desplazó a nuestro pitbull con un simple toponcito y quedo a tiro de cañón para vencer a Bravo. Fue una terrible lección pero Chile nunca volvió a perder en ese plano. Los errores no forzados explican la segunda derrota ante Brasil en Salvador de Bahía. En aquel partido Chile regaló 3 goles y medio de los cuatro. Una sesión de pelota al rival tal como ocurrió ante España y dos pelotas aéreas venidas de frente a los defensores y que quedaron sin respuestas por los defensores.
Ante España volvieron los fantasmas de los errores no forzados. Una pelota perdida cuando existian a lo menos dos alternativas para ceder y evitar el pressing español. Una mala salida del arquero, y una pelota perdida por Jara. Estrada pasado de revoluciones se hizo acreedor de una amarilla muy temprano en el partido. Ponce se hizo expulsar del próximo partido y Medel cayó en la trampa de la ansiedad. Todos estos errores se produjeron en un lapso no mayor a los 30 minutos justo en el momento en que el equipo hacia efectivos esfuerzos por quitarle la pelota a España y llegar al arco rival. El resultado final, un partido perdido por los propios errores de Chile antes que ganado por las virtudes de España. Si la prueba física la logramos superar hasta aquí, la de los errores no forzados nos sigue constando encuentros con los equipos grandes.
Mañana el partido ante Brasil es una nueva oportunidad para pasar la prueba de jugar al máximo nivel y evitar los errores. Ya vivimos esto de manera amarga el partido con España. No hay nada más que decir sobre los aspectos tácticos del equipo de Bielsa, menos aun sobre los emocionales ya que hay elementos que nos indican que este equipo juega con todo. Solo una cosa falta al enfrentarse a los cuadros de la elite mundial los reales y los inventados como España. No cometer los errores no forzados, los que han privado de mejor suerte al Chile de Bielsa ante el Brasil de Dunga, será lo fundamental. Y por ultimo, esperar que nuestras individualidades jueguen a un alto nivel. Las oportunidades se abren y se visibilizan cuando pensamos un partido que pueda darse en estos términos. Un último detalle, Chile ha sido condicionado por el arbitraje y deberá estar preparado para la anticipación. Frente a España, con un gatillador como Rodríguez, el árbitro mexicano, nos llevamos tres amarillas en los primeros 30 minutos y una roja al minuto 37. Suerte y aguante Chile.