jueves, junio 28, 2012

Los cracks del fútbol y la población Villalón en Ovalle



En las ciudades hallamos lugares únicos para el fútbol. Uno de ellos es aquel de donde mayormente provienen los cracks que llenaran de alegría los campos de fútbol. Siempre hay uno de estos lugares, por ejemplo Playa Ancha en Valparaíso , la poblaciones Juan Antonio Ríos y también la comuna de Renca en Santiago, los barrios de la cantera en Coquimbo, la Victoria y el Agustino en Lima, Morón en el gran Buenos Aires, etc. Pero el más glorioso de para este blog es la población Villalón en la ciudad de Ovalle. Allí han surgido puros cracks del fútbol. Repasemos, hay campeones nacionales de fútbol, finalistas de la copa libertadores, cracks de las selecciones menores chilenas, entrenadores de selecciones nacionales, y por supuesto cracks de la ciudad, de sus equipos del fútbol amateur y tardes inacabables de beibi. Vamos al grano. En primer lugar los hermanos Gómez o “familia crack”: Eduardo, Ruben, Osvaldo y Omar. Una familia de futbolistas (Pasión del deporte que se extiende a través del lado femenino en el basquetbol). Eduardo, “el mocho”, el más recordado por los hinchas nacionales quién es ídolo del Cobreloa y que también defendiera a la Universidad de Chile, Club Deportes La serena, y Club Deportes Ovalle. Disputó dos finales de copa libertadores con los zorros del desierto y se titulo campeón con el mismo en las campañas 1980, 1982, 1985, 1988. Eduardo, también fue titular en la campaña de la roja en la copa América de 1987. Zaguero central, Gran tiempista y extremadamente técnico. Jugador de condiciones riquísimas en lo futbolistico y con una extraordinaria calidez humana coronada por su sencillez y simpatía. Ruben, el nene, jugador hábil, técnico, pícaro y de barrio con el balón, también disputó las finales de la copa libertadores de América y fue baluarte del plantel ovallino que ascendió a primera división. De Ruben Gómez recuerdo su enorme calidad técnica como futbolista, su gran calidad humana y probado compromiso social con los que no tenían voz y la democracia a fines de los 80. Tambien campeon con Cobreloa campanas 1980 y 1982. Fue un placer ver sus entrenamientos en sus ultimos anos de futbol profesional y tambien tenerlo como entrenador en divisiones inferiores. Osvaldo Gómez, jugador técnico, un volante con un físico privilegiado para su posición, que jugo en Colo Colo y anotó un golazo de tiro libre una fría noche del Santa Laura. Jugó en la mejor campaña de Ovalle en los 80, y también fue protagonista de la campana de la roja en indianapolis 1987, juegos panamericanos, donde participo en el triunfo ante Argentina. Omar, zaguero, jugó básicamente en el Cobreloa y fue campeón junto a Sulantay y Jose Miguel Alvarez en la campaña del año 88. Un jugador polifuncional y aguerrido en la marca. (Los Gómez pasaron por todos los grandes del fútbol chileno). Otro crack, Jose Miguel Alvarez, potente disparo y un seis clásico, campeón con Cobreloa (1988) y también una vez seleccionado nacional, quien junto a José Luis Rivera, el rulo, y Osvaldo Gómez formaron el mejor mediocampo que yo vi en una formación de los verdes del Limarí. Willy Gonzalez, portero y seleccionado juvenil, el antiguo estadio ferroviario llevó su nombre por varios años en honor al mismo. Fallecido trágicamente en la ciudad de Rancagua cuando defendía al O'higgins de esa ciudad. El chato Díaz, otro jugador de carácter, clásico numero seis, puro barrio. Un vecino del barrio pero que es casi del mismo, Rodolfo Dubó, uno de los mejores seis de la historia del futbol Ovallino. Campeón con Palestino el 78, en el mejor palestino de todos los tiempos, y disputo la copa del mundo el año 1982. Miguel Diaz, el más contemporáneo, jugador formado en Club deportes Ovalle y con un paso por la Universidad Católica y Arica. Potente disparo, gran rechazo y técnicamente virtuoso, seguía la ruta de los clásicos zagueros centrales chileno, debió por calidad futbolística llegar mas alto. Y quedan para el deleite de quien narra esta crónica los mejores del barrio en mi edad. El peluca Harold, extremadamente hábil con el balón, zurda notable, un espectáculo en el beibi fútbol, debió haber llegado al fútbol profesional, nos hubiéramos divertido viendo su fútbol las tardes de sábado o domingo. Titicho, para mi el mejor, notable con el balón, siempre a lo Carlos Valderrama o Juan Roman Riquelme, debió también haber llegado más alto, hubiéramos disfrutado de un gran volante ofensivo. Finalmente el nervio, arquero que tuvo su oportunidad en los verdes del limari. Espigado y notable atajador. Finalmente todas estas “figuras” pasaron por el Fortín Villalón, recinto de sueños, recinto de amistad, que aun sigue allí, enclavado a los pies del cerro guardando los sueños de estos niños que fueron cracks y que cobija los sueños de los que hoy aspiran a cracks. 
Un comentarista que se hizo llamar Gleco nos aporta lo siguiente: Tambien brillaron en las canchas los vecinos Claudio "Cuchillo" Araya, Roberto "Bruto" Tabilo campeón de Chile con la selección de Iquique, También falta mencionar a Miguel Díaz padre y a Guillermo Díaz, jugadores de aquel Deportes Ovalle que regresó a la Segunda División por allá por el año 1970, Honorato "chino" Romero, lateral derecho de los años 70, Claudio Campos, el "cayoyo" Carlos Vargas, Morgado, Montalbán, el chino Marín, el chino Jopia, el Nano Blanco, "Pocho" Rodríguez, lateral izquierdo que era el único que paraba al "Charola" González.

Ciertamente no puedo recordar todos los nombres por lo tanto esta cronica esta abierta. Quien quiera anadir nombres y recordar sus caracteristicas lo puede hacer en la zona comentarios y luego lo pongo aqui arriba.


(Noche de fines de Marzo, 1989, inauguracion del tradicional campeonato de beibi futbol, ahi estuvimos con el negrito. Puros cracks en esos campeonatos)

martes, junio 05, 2012

Marcelo Diaz: La marginalidad de su singularidad



La singularidad en el fútbol es un tesoro, una rareza, algo que solo unos pocos pueden adquirir o mostrar. El sinónimo mas común de esa singularidad es el talento de un puñado de jugadores que están en el Olimpo de las estrellas de este deporte. Pele, la arana negra, Maradona, Zico, Platini, y Messi, por citar solo algunos. Junto a este significado mas común de la singularidad hay otro que es menos evidente o al cual se pone menos atención. Incluso, se le castiga en términos que solo suele reconocer la singularidad que expresa la primera definición, aquel del talento único y singular de una estrella del balompié. Xavi debió haber recibido hace ya varios años el balón de oro para destacarle como el mejor jugador del planeta fútbol o al menos del área donde se desarrollan el mayor grupo de ligas competitivas en este planeta. Sin embargo el jugador formado en la Masia no disfruta de los honores de la singularidad de Messi, sino mas bien debe proseguir su camino sin reconocimientos.


La singularidad de XAVI esta dada por la autoridad con la cual ejerce su juego. No hay nada parecido a este talentoso jugador. Sus movimientos, la forma de entender el juego, el modo en que entiende su posición, el proceso que desarrolla para interactuar con sus compañeros, la forma de mirar el campo y sentirlo, el vinculo con su entrenadores, etc. Xavi esta bien ubicado en la cancha el 99% del tiempo que dura un partido de fútbol. Un mediocampista central singular que apenas se empina por el 1.70 y sin la contextura física de los futbolísticas típicos en esa zona del campo. En los 10 años que he seguido a Xavi han sido muy pocas las ocasiones en las cuales el jugador catalán ha chocado con sus rivales. Es simplemente único y quizás su singularidad ha marcado un cambio en la forma de formar y buscar aquellos jugadores que ocuparan esa posición en el campo de juego. Xavi finalmente es simplemente único.

Esa singularidad apareció en el fútbol profesional chileno y se llama Marcelo Díaz. Hace un año y medio atrás, el jugador Díaz estaba en la serena, sin cabida en el cuadro azul y después de un paso por Everton. De ser un promesa azul, el nuevo 10, uno de los tantos que ha tenido el cuadro azul, como promesa, pero que se diluyeron en el camino, Díaz paso a formar parte de esa escuadra de jugadores que parecen no dar el ancho en los clubes grandes y condenados a jugar en los equipos de los picados. Díaz jugo en varias posiciones. De 10 clásico, de ocho, de lateral volante e incluso de lateral izquierdo. Díaz conoció muchas veces la banca. Nunca fue una figura destacada en la U, incluso en la primera parte de la era Sampaoli debió luchar por su puesto. Hoy Díaz es la singularidad, es lo mas parecido a Xavi que puedo observar. Juega de 6. Mide un poco mas de 1.70m, casi no choca con sus rivales, pero tiene un buen porcentaje de recuperación. También se mueve en la forma correcta, mete goles importantes en momentos importantes del juego y pierde muy poco el balón. Y casi siempre esta mirando mas allá de lo que puede distinguir un jugador normal.

Cómo es que Díaz no es desde hace años el jugador que es hoy?, por qué los hinchas siguen pensando que sera reemplazado cuando Gary y Vidal puedan jugar juntos? Díaz es un extraordinario jugador, pero hay un problema con el tipo de autoridad que ejerce en el campo de juego. La misma no es común para el aficionado chileno y en general para el hincha del fútbol. En general el aficionado chileno prefiere la exuberancia física y verbal de Vidal. Algo que es común en las canchas de tierra. Hay muchos como Vidal, y el jugador de la Juve es la mejor expresión de ese carácter. Al aficionado le gusta también el temor que ejerce Medel ante los rivales. Sin embargo, me he cansado de ver los Medeles en los campos de tierra. Existen en abundancia y en la selección tenemos la mejor expresión de ese tipo de jugador. Sin embargo, los Díaz son escasos, casi no existen o simplemente no se les distingue. Aun mas se les ningunea y se les maltrata. Son condenados a la banca, en los equipos grandes se les envía a prestamos porque se los confunde con jugadores de poco carácter. Su talento, que no es ni la exuberancia ni la picardía ni la habilidad es pasado pro alto por los formadores y por los técnicos resultadistas. En definitiva, son invisibles porque el reconocimiento del talento esta bien repartido en tres atributos en la mente del aficionado chileno: bravura, picardía y habilidad. Lo otro la singuralidad del jugador inteligente en la posición del 6, del que pasa bien la pelota y se mueve ocupando los espacios detrás de la linea ofensiva, el que logra ejercer la autoridad con la sola administración del balón en la transición entre defensas, mediapuntas y delanteros no importa mucho y es casi irrelevante.