viernes, junio 29, 2018

El Fútbol Transicional desafía al Fútbol Posicional -serie Mundial 2018


El año 2010, España gana el mundial de Sudáfrica. En aquel campeonato, el juego de posición se cristalizó en paradigma futbolístico. En los años siguientes, la distribución espacial de España y Barcelona, las dos grandes expresiones de ese paradigma, aparecieron en múltiples fotografías que dejaban ver una geometría futbolística perfecta. En esas imágenes destacaban el triángulo relacional, la posición del tercer hombre y la ocupación de los espacios. Además, ambos equipos producían enormes despliegues para recuperar el balón en campo contrario generando una expresión avanzada de la presión alta.

El fútbol posicional tuvo un intenso proceso de divulgación. Muchos actores del fútbol se maravillaron de sus características, especialmente los niveles de posesión del balón y sus salidas construidas. La expansión del fútbol de posición significó un proceso ideológico y que algunos asociaron con el fin de la historia táctica y los modelos de juego.

En el año 2014, en el campeonato del mundo jugado en Brasil, Alemania llevó a lo más alto el juego posicional. En aquella instancia, la selección alemana desarrolló un fútbol posicional total, muy participativo cuando se tenía el balón y extremadamente solidario cuando no se le tenía. En su mejor actuación de la época, la selección alemana humilló futbolísticamente a Brasil a través de una memorable goleada de 7 goles a 0.En aquel partido, Alemania interpretó el juego posicional con un ritmo dinámico y alto.

Por otra parte, el año 2012, Pep Guardiola termino su relación con el Barcelona. El haber ganado todo con Barcelona y el juego posicional fue, paradójicamente, el fin de su carrera en el equipo catalán. Pep tomó conciencia de que el juego de posición mutaría y que debía buscar un club que le diera el espacio, el respaldo y el tiempo para innovar y trasformar. En ese proceso, aún en curso, Pep ha buscado estas transformaciones en el Bayern y el Manchester City.

Ha terminado la primera ronda del mundial 2018 y ya tenemos una primera conclusión. El fútbol transicional ha desafiado el carácter dominante del futbol posicional. Durante una década se fue fraguando una respuesta táctica, emocional e ideológica al fútbol del medio centro con salida, de la búsqueda del tercer hombre o el de la presión alta. La respuesta ha sido una formula elaborada desde la centralidad de las transiciones, especialmente las transiciones defensa y ataque.

Este nuevo esquema ya tiene patrones distintivos. La presión alta ha desparecido de la fase defensiva. Ella es reemplazada por el repliegue del equipo hasta quedar todos detrás de la línea del balón. La fase ofensiva, como acto organizado en juego construido o directo ha dejado de ser dominante, para dar paso a transiciones rápidas, organizadas y cognitivamente exigentes con relación a la toma de decisiones. Podemos sumar más características, jugadores intensos en las rupturas y las diagonales, mediocentros transicionales muy verticales, presión sobre los receptores de la segunda línea de construcción del juego posicional, etc.

Aún no sabemos quién ganará el mundial, pero sin duda tenemos una certeza, el fútbol transicional ha desafiado al fútbol posicional. Las respuestas que han emergido en la última década han terminado de fraguarse. El mundial 2018 será recordado entonces como un hito en la inflexión que significa, desde la gestión de los modelos de juego, el que aquello que aparecía como el fin de la historia ya no lo sea.