viernes, diciembre 07, 2012

Sampaoli, El Futbol que se Rebela


La literatura tiene un personaje que calza justo para describir a Jorge Sampaoli: El quijote de la Mancha, un personaje que hace de la aventura su fin, pero al mismo tiempo la recorre en solitario porque no tiene ni historia, ni alcurnia, ni linaje. La carrera de Jorge Sampaoli a la roja, y quien sabe, de ahí, al viejo continente, es quijotesca. Sampaoli, un cara sucia del fútbol y de la vida, no es hijo de grandes jugadores y menos aun fue una estrella del balompie. El inicio de su carrera como técnico profesional la inicio en el Peru, en medio de la precariedad institucional y económica del fútbol peruano en la década pasada. Lo logrado, llegar con el Coronel Bologensi, un veterano de la copa Perú y raro visitante de la primera division peruana, a la copa sudamericana tiene pocos precedentes.

Sampaoli es un entrenador que también carga con un stigma. Como no tuvo una gran experiencia en el fútbol profesional el gremio de los ex futbolistas profesionales entrenadores lo ningunea permanentemente. En efecto, el gremio le ha deslizado ese filoso cuchillo: “mmh, es que no jugo fútbol profesional”. Todos los días Sampaoli lidia con ese estigma y contra quienes se arrogan la pretensión de los caballeros del fútbol, de ser los únicos entendidos. Pero Sampaoli no anda solo en la vida, tiene como referente al mas exitosos de los entrenadores con su perfil, un tal Marcelo Bielsa.

Su fútbol? El de la presión alta, entendido como un acto siempre osado y mas aun si esta dispuesto a jugar a las matemáticas estrechas en las zonas posteriores de sus equipos. Allí los manos a manos son permanentes, y aplica en extremo la regla bielsista: siempre tener un jugador mas que el numero de delanteros. Su faceta defensiva, en la U, manifestó coherencia y consistencia, aunque tuvo tardes oscuras como una en Quito y  otra reciente en el Nacional.

El ataque siempre es organizado en función de intentar marcar utilizando el mayor numero de oportunidades creadas. Equipos con presión alta y dinamicos siempre tendrán una buena cantidad de oportunidades para marcar. En la U le gustaron los referentes de área como Canales y el poco tiempo que tuvo a Enriquez, por las bandas uso punteros punteros como Castro, pero también innovo, siguiendo al Bielsismo, trasformando laterales en punteros, como sucedió con Cereceda. No teme a la innovación porque confía en la rebeldía del jugador.

A la hora que se termina esta nota, Sampaoli debe estar en un taxi o almorzando en algún ristorante italiano. Conversando con su escudero, estoy seguro con el buzo del seleccionado nacional, y viviendo intensamente su cargo porque sabe que es la única forma de estar al frente de su quijotada. No se si llegaremos al mundial, pero el fútbol de Sampaoli tiene un cosa notable. No es la estructurada coherencia del discurso del profesor Bielsa o la experiencia del ex futbolista exitoso, nada de eso, sino algo muy puro: su rebeldía. Si el fútbol de Bielsa es un orden casi científico y épico, y el de Sampaoli es un fútbol que se rebela ante las estéticas y los caminos predefinidos en el fútbol. En esa condición debemos confiar para ir a Brasil 2014.

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