martes, marzo 31, 2009

Notas para Chile – Uruguay: Jorge “El Mortero” Aravena.



Crecimos con la idea de que los uruguayos siempre nos ganarían por garra. Crecimos con el trauma futbolístico que significo el gol de Fernando Morena ante el Cobreloa del 82, esto en los minutos finales del segundo tiempo. Crecimos con la idea de que Uruguay siempre nos ganaría y nos dejaría fuera del mundial, tal como lo hizo con esa selección de lujo del año 85, a pesar de que le habíamos ganado en Santiago 2 por 0. Pero el año 96, a unos meses de que Acosta tomara la selección, vino ese vibrante partido del nacional en donde sólo la mágica zurda de Víctor Hugo y el cabezazo del Matador Salas permitieron una sufrida victoria. Ese día, por primera vez, Chile le podía decir a Uruguay que lo dejaba listo para vivir el repechaje y para despedirse de la clasificación directa al mundial de Francia. En toda esta historia futbolística, siempre tan espiritual y mística, las principales figuras de la selección ante el equipo oriental han sido zurdos. Por los menos los tres que me han dejado una imagen clara y nítida de lo que se necesita para ganar al Uruguay.
Uno de ellos fue el mejor 10 de la segunda parte de los ochenta: Jorge “El Mortero” Aravena. La principal arma de Aravena era su mortífero disparo. Se hizo famoso en  Naval de Talcahuano haciendo goles de tiro libre, estos eran de distancias y posiciones increíbles. Además el remate, que casi siempre era gol, venía acompañado de un cañonazo de la barra oficial de Naval de Talcahuano. Aravena parecía de verdad tener un cañón y era el arma secreta de Naval para derrotar sus enemigos y hacer el contrapeso de otro mortífero cañonero del futbol chileno: el brasileño Torino de Club Deportes La Serena. Futbolísticaemente Aravena, no sólo diponía de su disparo, sino también de un rasgo determinante en su futbol, buena pegada para habilitar a los delanteros e inteligencia para hacer correr el balón y habilitar a sus compañeros. Aravena pasaría por Católica, titulándose campeón con el equipo cruzado, para después emigrar a Colombia, en donde jugo por el Deportivo Cali, y también tener una estadía en el Valladolid de Vicente Cantatore. Con el Deportivo Cali hizo magníficas jornadas y aun recuerdo los goles que llegaban por la señal internacional. En Cali fue un ídolo. Su paso por la selección está marcado por hechos importantes: el pase a Basay en Santiago frente a Brasil, apelando a todo el barrio del mortero, el gol del pena en Montevideo el 85, luego de una falta a Caszely, con ese gol clasificábamos, y además estuvo en esa fatídica tarde del año 89 en el Maracaná, lugar en donde el Cóndor Rojas terminaría con su carrera y con la de varios de sus compañeros. . 
Uno de los goles más recordados del mortero fue justamente contra Uruguay en el Nacional. El contexto: eliminatoria para el mundial del 86, grupo de tres equipos (Ecuador, Uruguay y Chile), un gran equipo de Uruguay – menciono algunos nombres: Ruben Paz, Rodríguez el arquero, Venancio Ramos, Alzamendi, León y un flaco del que no me recuerdo su nombre pero que en el medio le daba a todo, me parece que era Ostolaza, ah y por cierto, protestas en las galerías contra la dictadura. Aravena se paró en el sector nororiente de la cancha del Nacional, a unos metros del banderín del corner y casi pegado a la línea de fondo. En el área había 10 uruguayos más 6 o 7 chilenos. Todos los uruguayos, excepto Alzamendi, Paz y el lateral izquierdo, pasaban el metro 80. O sea era como ver el área llena de palitroques. Y ocurrió lo increíble. El mortero amagó disparar, se movió lentamente y retrocedió unos pasos, para después rápidamente emprender la carrera, y casi sin impulso pegarle al balón. Le pegó con el borde interno, la pelota salió con chanfle y fue haciendo una curva en el aire a medida que avanzaba, su elíptica iba siendo cada vez mas cerrada hasta que se metió entre palo y arquero, por el rincón de las ánimas. Gol de Chile.
El delirio fue total. Aravena se movió un poco desde la posición en donde había disparado y con las manos al cielo se dio vuelta hacia la galería nororiente del nacional y sus compañeros corrieron a abrazarlo. Miró hacia el mismo lado en donde estuve sentado para el triunfo del 96. Rodríguez, el arquero uruguayo, no podía encontrar explicación. La pelota increíblemente había sobrepasado las torres uruguayas y el salto de un arquero que andaba cerca del 1,90. Chile le ganó por primera vez a Uruguay por una eliminatoria. La hazaña se repetiría 13 años después, en un nacional hasta las banderas. Mañana, 13 años después de ese partido, Chile enfrentará nuevamente a la selección uruguaya. Y espero que volvamos a ganar.  







2 comentarios:

Guri dijo...

Como le dije respecto al partido contra Perú, Chile sale victorioso. Son los mismos uruguayos que les empatamos en el Centenario de Montevideo, no hay que achicarse en casa...

Anónimo dijo...

En mi opinion, el mejor gol del mortero fue el gol a Bolivia en 1983 (amistoso).
Un tiro libre lanzado casi desde media cancha y transmitido en directo por television nazi-onal.